Hoy, cincuenta días despues del día de Resurrección, celebramos el día de Pentecostés, día de la venida del Espíritu Santo, y con Él, el comienzo de la Iglesia como gran familia de Jesucristo que transmite y vive su Mensaje, la Buena Notícia.
El amor es comprensivo y servicial; el amor nada sabe de envidias, de jactancias, ni de orgullos. No es grosero, no es egoísta, no pierde los estribos, no es rencoroso. Lejos de alegrarse de la injusticia, encuentra su gozo en la verdad. Disculpa sin límites, confía sin límites, espera sin límites, soporta sin límites. El amor nunca muere. (1 Cor 13, 4–8)
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