Hemos concluido otro curso, a descansar, a cargar las pilas para emprender el próximo con nuevas energías, para afrontar nuevos retos. Os deseo un verano fantástico, que disfruteis con vuestra familia, y que todo lo que habeis aprendido en Reli, lo pongais en práctica, lo extendais a vuestro alrededor allí donde vayais, seais testigos de la Buena Noticia, y así os sentireis muy satisfechos por el trabajo bien hecho, y muy felices.
El amor es comprensivo y servicial; el amor nada sabe de envidias, de jactancias, ni de orgullos. No es grosero, no es egoísta, no pierde los estribos, no es rencoroso. Lejos de alegrarse de la injusticia, encuentra su gozo en la verdad. Disculpa sin límites, confía sin límites, espera sin límites, soporta sin límites. El amor nunca muere. (1 Cor 13, 4–8)
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